Oraciones Matutinas
Buenos días Padre, Padre de toda la humanidad;
Te amo Santísimo Padre mío con todo mi corazón,
Mi alma y mi mente.
Gracias por mi vida y la de mi familia, te doy gracias
Padre, por todo lo que has hecho por nosotros. Gracias
Padre por nuestra salud, gracias por tu amor y protección.
Padre, te ofrezco en este día mi libre voluntad, por favor
Reemplázala con tu Divina Voluntad. Muéstrame lo que
Quieres que haga el día de hoy y ayúdame, por favor, Padre
Amado, a llevarlo a cabo.
Buenos días Madre, Madre de toda la humanidad; te amo
Santísima Madre, gracias por tu amor y protección. Renuevo
Mi consagración en este día a tu Doloroso e Inmaculado Corazón
Y al Sagrado Corazón de tu amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo.
Por favor Madre, pídele a San José su protección e intercesión por mí
Familia y por mi en este día. Le doy gracias a Dios por mi amado Ángel
Guardián y por los Ángeles Custodios de cada uno de los miembros de
Mi familia; les pido su intercesión y protección para cada uno de nosotros
El día de hoy. Amén, Amén, Amén
Oración de
Señor Jesús, en tu nombre y con
el Poder de tu Sangre Preciosa
sellamos toda persona, hechos o
acontecimientos a través de los cuales
el enemigo nos quiera hacer daño.
Con el Poder de
sellamos toda potestad destructora en
el aire, en la tierra, en el agua, en el fuego,
debajo de la tierra, en las fuerzas satánicas
de la naturaleza, en los abismos del infierno,
y en el mundo en el cual nos moveremos hoy.
Con el Poder de
rompemos toda interferencia y acción del maligno.
Te pedimos Jesús que envíes a nuestros hogares
y lugares de trabajo a
acompañada de San Miguel, San Gabriel,
San Rafael y toda su corte de Santos Ángeles.
Con el Poder de
sellamos nuestra casa, todos los que la habitan
(nombrar a cada una de ellas),
las personas que el Señor enviará a ella,
así como los alimentos y los bienes que
Él generosamente nos envía
para nuestro sustento.
Con el Poder de
sellamos tierra, puertas, ventanas,
objetos, paredes, pisos y el aire que respiramos,
y en fe colocamos un círculo de Su Sangre
alrededor de toda nuestra familia.
Con el Poder de
sellamos los lugares en donde vamos
a estar este día, y las personas, empresas
o instituciones con quienes vamos a tratar
(nombrar a cada una de ellas).
Con el Poder de
sellamos nuestro trabajo material y espiritual,
los negocios de toda nuestra familia,
y los vehículos, las carreteras, los aires,
las vías y cualquier medio de transporte
que habremos de utilizar.
Con Tu Sangre preciosa sellamos los actos,
las mentes y los corazones de todos los habitantes
y dirigentes de nuestra Patria a fin de que
Tu Paz y Tu Corazón al fin reinen en ella.
Te agradecemos Señor por Tu Sangre y
por Tu Vida, ya que gracias a Ellas
hemos sido salvados y somos preservados
de todo lo malo.
Amén, amén, amén
Oración personal para sellarse y protegerse con la sangre de Cristo:
Señor, Jesús, hoy quiero que selles mi vida personal con todas mis pertenencias. Sello mi salvación con tu preciosa sangre, sello mis sentimientos, para que todos mis afectos sean cubiertos. Sello con tu sangre mis inquietudes para estar seguro de alcanzar la respuesta a mis necesidades. Sello mi corazón para que no entre ningún espíritu de rencor, amargura, tristeza o miedo.
Yo sello con tu Sangre mi voluntad para que esté presta siempre a hacer el bien, sello mi mente para que entren solo pensamientos que me permitan alcanzar el gozo, la paz y así cambiar mi manera de vivir. Sello con tu Sangre, Señor, mi cuerpo para que reciba la salud, sea protegido del pecado y de las enfermedades, adulterios y accidentes.
Sello mi pasado para que toda herida que aún me haga daño sea sanada con tu Sangre bendita. Sello mi presente para que todas mis actividades sean cubiertas con tu Sangre protectora. Sello mi futuro para que mis planes, proyectos sean preservados de todo ataque y toda influencia del maligno. Sello mi familia, mis seres queridos, mis amistades...para que sean protegidos.
Sello mi economía, para que se derrame abundantemente tu Providencia en mi vida. Sello mis deudas para que el devorador huya y desaparezcan. Invoco tu Sangre preciosa sobre mi boca y sello mis palabras para que sean sólo bendición.
Tu Sangre preciosa me haga invisible cuando se nos acerque el enemigo nos permita reconocerlo y vencerlo por la invocación de tu Nombre. Sello todo mi ser y me coloco bajo tu protección para que me libres de toda acechanza del mal. Con el poder de
Pido Jesús, que envíes a tu Santísima Madre del Perpetuo Socorro, para que se haga presente en mi hogar y en mi trabajo y me acompañe con San Miguel Arcángel, y sus nueve coros angélicos, San Gabriel y San Rafael. Gracias Señor porque Tu eres el guardián que nunca duerme. Gracias Señor, por tu Sangre preciosa, porque gracias a ella somos preservados de todo mal. Tu Sangre nos hace invisibles, bendito y alabado seas por siempre Señor.
Amén, amén, amén
ORACIÓN
¡Oh Divino y Justo Juez!, hacedor del cielo y de la tierra, protector universal donde todo el bien se encierra, Rey de Reyes sin igual, Juez de suprema virtud que a las almas das salud, con tu poder paternal, Señor Redentor Nuestro, Salvador del universo, por tu amor infinito, defiéndenos del adverso. Sé nuestra luz, nuestra guía, nuestro protector, nuestra gloria; por tu Amor infinito, defiéndenos a toda hora.
¡Oh Señor Omnipotente!, clementísimo Jesús, mándanos una buena muerte por la que Tú padeciste, y los tormentos que sufriste clavado en
Haz que en nosotros, nuestros enemigos no tengan ningún poder, sean visibles ó invisibles, nunca nos puedan vencer; que no nos vean sus ojos, ni nos alcancen sus pies, que no nos toquen sus manos y como eres nuestro Juez, haz que no nos digan blasfemias, y sí quisieran herirnos, que se hagan pedazos sus lanzas, que se les rompan los sables, que se les doblen los cuchillos y que las armas de fuego no disparen.
A Ti Señor te suplicamos que nadie pueda dañarnos y que ningún enemigo tenga poder sobre nosotros; que el poder sobre nosotros sólo lo tengas Tú, Señor nuestro, porque eres nuestro Juez, nuestro Padre, nuestro Redentor.
Por favor, escóndenos en esa Sagrada Llaga, de tu Divino Costado y con el Velo Sagrado del Santísimo Sacramento, te suplicamos Padre, que nuestros cuerpos sean cubiertos, para que no seamos ni heridos, ni muertos, ni cautivos y todos nuestros enemigos sean siempre vencidos.
El Padre nos libre, el Hijo nos guarde, el Espíritu Santo, nos acompañe y por nosotros hable.
Amén Jesús
ESCUDO FUERTE CONTRA LOS ENEMIGOS
(Se cree que es la oración con que Nuestro Señor Jesucristo saludó a
¡Oh Santa Cruz, Santa y Preciosa!, por mi tanto tiempo buscada, tantas veces deseada, con ardiente afecto solicitada y ya con gran gloria para mí preparada.
¡Ven descanso mío! alivio único de mis abrasadas ansias, fin glorioso de mis tormentos, dolores y fatigas, principio de mi gloria, centro de mi reino, triunfo de mis victorias, insignia de mis capitanes y estandarte real de mis Ejércitos.
Ven ahora a mis brazos amada mía y luego me recibirás en los tuyos, descansa tú ahora en mí, que luego yo descansaré en ti.
(Con esta santa oración se libró el Papa Pío IX, cuando lo fue a asesinar el impío Víctor Manuel, agregando estas palabras dijo:
Señor, enemigos veo, me quieren asesinar.
Alabado sea el Santísimo Sacramento del altar.
Todo aquel que, bajo buena intención, lleve consigo esta oración; se verá libre y vencedor de todos sus enemigos, se hará invisible a la vista de malos perseguidores y vencerá fácilmente a todos los malhechores.
Es tan linda esta oración, que todo aquel que la carga, se hace invisible a la vista de todos sus enemigos y sí la reza en los peligros, se verá libre de todos ellos.
El Santo Padre León XIII, se vio rodeado de enemigos y al rezar esta oración, se hizo invisible para ellos y huyeron espantados luego de que se les perdió
OTRAS ORACIONES IMPLORANDO PROTECCIÓN DE DIOS
(Primera)
¡Oh Divino y Justo Juez!, a quien adoramos rendidos, hoy, postrados, aquí a tus Pies, el perdón Señor te pedimos.
Justo Juez, esclarecido Protector Universal, a Ti te pedimos rendidos, nos libres de todo mal.
En peligroso lugar, quita el mal pensamiento, a todos los que de intento, nos quieran asesinar.
Y sí algún hombre criminal, piensa quitarnos la vida, en vereda ó en camino real, Tú Señor, serás nuestra guía.
Que nos valga esta oración, Cristo nuestro crucificado y
Tan sólo con implorar tu Santo nombre glorioso, del que nos quiera robar, de enemigos y salteadores, de bandidos y malhechores. ¡Oh Santísimo Sacramento!, líbranos en todo momento
A ti, Virgen Sagrada María, te pedimos de corazón, que en nuestra última agonía, nos prestes tu protección.
¡Oh Sacratísima Cruz! De la gran ciudad de Sión, te ofrecemos esta oración, diciéndote:
Amén Jesús
(Segunda)
Santísimo Justo Juez, hijo de Santa María, que nuestros cuerpos no se asombren, ni nuestra sangre sea vertida, donde quiera que vayamos y vengamos, las manos del Señor Dios, delante las tengamos.
Las de nuestro Señor San Andrés, antes y después. Las de nuestro Señor San Blas, delante y detrás. Las de
Qué nuestros enemigos salgan con ojos y no nos vean, con armas y no nos ofendan, con justicia y no nos prendan, qué con el paño con que Nuestro Señor Jesucristo fue envuelto, lo sean, también, nuestros cuerpos, para que no seamos heridos, ni muertos, ni presos, ni en la vergüenza de la cárcel puestos.
Sí en este día hubiese alguna sentencia en nuestra contra, que se revoque por la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén, amén, amén
(Tercera)
La compañía de Dios sea siempre con nosotros y el Manto de Santa María, su madre y madre nuestra, nos cobije y de malos peligros nos defienda.
Ave María gracia plena Dominus Tecum, líbranos de todo espíritu maligno bautizado y por bautizar.
Cristo vence, Cristo reina, Cristo de todos los malos peligros nos defienda. El Señor y Justo individual hijo de Santa María Virgen, aquel que nació en aquel solemne día, que no podamos ser ni muertos ni heridos y que no nos quieran hacer mal.
(Cuarta)
Divino Justo Juez de vivos y muertos, eterno sol de justicia, encarnado en el Casto Vientre de
Justo Juez, creador del cielo y de la tierra y muerto en
Te suplicamos, Justo Juez, que nos libres de todos nuestros enemigos, visibles e invisibles.
¡Oh Jesucristo, Justo y Divino Juez, favorécenos en toda clase de angustias y aflicciones, lances y compromisos y haz que al invocarte y aclamar el imperio de tu poderosa y Santa Voz, llamándote en nuestro auxilio, las prisiones se abran, las cadenas y los lazos se rompan, los grillos y las rejas se quiebren, los cuchillos se doblen y toda arma que sea en nuestra contra, se embote e inutilice. Ni los caballos, ni los carros nos alcancen, ni los espías nos miren, ni nos encuentren. Tu Sangre nos bañe, tu manto nos cubra, tu Mano nos bendiga, tu poder nos oculte, tu Cruz nos defienda y sea nuestro escudo en la vida y en la hora de nuestra muerte. ¡Oh Jesucristo, Juez Hijo del Eterno Padre, que con Él y con el Espíritu Santo, eres un solo Dios Verdadero!, ¡Oh Verbo Divino hecho hombre! Te suplicamos que nos cubras con el Manto de
Amén, amén, amén.
(Quinta)
¡Oh amorosísimo Corazón de Jesús! Te suplicamos que por los méritos de tu Sagrada Pasión y Muerte, en todas las manifestaciones Eucarísticas, te dignes atraer, con tu dignísima Voz de Pastor, a las multitudes de ovejitas descarriadas, que andamos dispersas en este hermoso país.
Sí Jesús nuestro, ya que así lo quieres, y no pudiendo contener tu inmenso amor dentro de los tabernáculos, quieres salir de ellos dando voces y diciéndonos: "Vengan a Mí todos los que padecen, que Yo los aliviaré", por favor, Salvador nuestro, no permitas que el pueblo mexicano sea sordo a tus amorosos llamamientos, por el contrario, permite que seamos dóciles a ellos y que caigamos de rodillas, contritos y humillados, pidiéndote perdón por nuestros pecados personales y que hagamos una reparación pública, por los crímenes y sacrilegios cometidos en nuestra pobre patria; y que en ella seas reconocido como el único y soberano Rey de nuestros corazones, y así, Dios nuestro, publicaremos en el mundo entero tus Divinas Misericordias, para que después de amarte y servirte en esta vida, tengamos todos la dicha de ir a alabarte eternamente en
Amén, amén, amén
(Sexta)
Divino Justo Juez, acompáñanos en todos nuestros viajes, día a día, líbranos de todo peligro ó accidentes, defiéndenos de nuestros enemigos y socórrenos en nuestras necesidades.
(Séptima)
Divino Justo Juez, encomendamos a tu Gracia y a tu Poder las puertas de nuestra casa, de nuestras escuelas, de nuestros trabajos y negocios, de nuestros vehículos y de cualquier lugar al que vayamos, que nunca las traspase el ladrón, ni quien quiera herirnos e injuriarnos, pero que cada vez que las abramos, entre tu bendición y tu amor, derramándose en abundancia.
Amén, amén, amén.
(Octava)
Los tres clavos y
Amén, amén, amén
(Esta oración debe hacerse al salir de casa y hacerse con mucha Fe)
MAGNIFICAT
Glorifica mi alma al Señor y mi espíritu se llena de gozo al contemplar la infinita bondad de Dios mi salvador, porque ha puesto la mirada en esta humilde sierva suya y vean aquí el motivo por el que me tendrán por dichosa y feliz todas las generaciones.
Pues hizo en mi favor cosas grandes y maravillosas Él que es todo poderoso y su nombre infinitamente Santo cuya misericordia se extiende de generación en generación a todos cuanto le temen.
Extendió el Brazo de su poder disipó el orgullo de los soberbios trastornando su designios, elevó a los humildes y desposeyó a los poderosos, a los necesitados los llenó de bienes y a los ricos los dejó sin cosa alguna.
Exaltó a Israel su siervo acordándose de él, por su infinita bondad y gran misericordia, así como lo había prometidos a nuestros padres a Abraham y a toda su descendencia, por los siglos de los siglos.
Amén
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